El movimiento en Preescolar: ¿Por qué la expresión corporal en el Jardín?
La expresión corporal en la escuela no se ocupa de formar bailarines, sino
personas que piensen, elaboren y estructuren sus propias danzas, con placer y
disfruten por esta producción.
Esto significa que desde este enfoque no son importantes o primordiales el
estudio y la repetición de una coreografía, o bien la copia fiel de la
secuencia de movimientos (aunque esto puede utilizarse y sea válido como un
recurso), sino ofrecer dentro del contexto de aprendizaje, actividades que le
permitan al alumno descubrir los movimientos de su cuerpo, exteriorizar
sensaciones, imágenes o situaciones a través de la narración corporal, es decir
que pueda imaginar y producir movimientos
que le pertenezcan, que sean único, auténticos, y le brinden una espacio
de creatividad. En la medida en que indague sobre sus propias cuestiones, irá
ampliando su conocimiento, y este aprender sobre sì mismo y sobre los otros (sus
pares o el maestro) le permitirá entender y disfrutar mejor de las producciones
y expresiones artísticas del entorno social y cultural.
El aprendizaje artístico
aborda el desarrollo de las capacidades necesarias para crear formas
artísticas, el desarrollo de capacidades para la percepción estética y la
capacidad de comprender el arte como fenómeno cultural (Eisner, 1995:59).
El niño de nivel inicial, a diferencia de los adultos, puede expresarse y
jugar con el movimiento de su cuerpo. Desde temprana edad se mueve con soltura,
expresa con su cuerpo, traslada al movimiento situaciones que no puede
comunicar a través de la palabra, se conecta con goce y disfrute con este
lenguaje, a la vez que lo necesita como aspecto vital en su etapa de
crecimiento. Esto significa que representa a través de este lenguaje aspectos
que tienen que ver con su mundo interno, su mundo sensible y emocional.
Desde el repertorio motor propio de su edad, irá adquiriendo otros
movimientos que le permitan construir múltiples maneras de comunicarse. Es así
como el niño, actuando corporalmente, irá descubriendo una nueva manera de
representación de la realidad.
Todo niño tiene derecho a conservar y disfrutar de este espacio que le
pertenece. Y a la vez desarrollarlo en sus máximas potencialidades, no sólo
para convertirse en un verdadero
productor sino en un verdadero lector del hecho artístico, para que a través de
estas lecturas puedan interpretar mejor el mundo y los acontecimientos sociales, de los cuales será un participante
activo.
Esto permitirá al formar un ser humano más dispuesto y sensible, que acepte
formas de expresión diversas, logrando una percepción de sí mismos, de las
personas y del mundo, aceptando la realidad heterogénea y compleja.
Toda persona es apta y está en condiciones de bailar su propia danza y no
precisa responder a ningún patrón
previo.
Todos tienen un cuerpo y una originalidad corpórea. Así como no existen dos huellas dactilares
iguales, es difícil pensar que el movimiento nace y actúa en adhesión a un
modelo común, porque cada uno vive en virtud de su originalidad, la relación de
la emociones profundas con la realidad que lo circunda (Bertelini y Frabboni,
1990:3).
El niño en el nivel inical tendrá oportuniad de aprender cómo es el cuerpo, cómo se mueve, qué se siente y qué se puede transmitir a través del movimeinto, desarrollando sus capacidades creativas.
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